Hijo de un funcionario judicial y de una aristócrata sin fortuna, nació en 1831 en la aldea de Gorojovo (Rusia Central). Obligado a ganarse la vida ya en la adolescencia, a la temprana muerte de su padre, trabajó primero como éste de escribiente en el juzgado penal de su ciudad y después como agente comercial en Kiev, a las órdenes de un tío político. Este empleo le obligó a viajar por toda Rusia, lo que le permitió conocer a fondo un sinfín de leyendas y costumbres populares.
En 1861 se trasladó a San Petersburgo y empezó a colaborar en medios periodísticos. En 1862 apareció su primer relato de ficción, El bandido, y en 1864 su primera novela extensa, Sin salida, que por su carácter «antinihilista» le ganó la enemistad de los círculos progresistas, reforzada años después con la aparición de otra novela del mismo signo, Enemigos mortales (1870-1871). En contrapartida, en 1874 obtuvo un puesto en el Ministerio de Instrucción Pública y poco después otro en el de Hacienda; sin embargo, la publicación en 1878 de Pequeños detalles de la vida episcopal, de corte satírico y anticlerical, le hizo perder sus cargos oficiales. La breve novela El peregrino encantado (1873; ALBA CLÁSICA núm. CV) y narraciones como las reunidas en Lady Macbeth de Mtsensk y otros relatos (ALBA CLÁSICA núm. LXIII) condensan lo mejor de su estilo, tan admirado por Maksim Gorki, Walter Benjamin o Thomas Mann. En la década de 1880 se identificó con la espiritualidad tolstoiana y reelaboró historias y leyendas de los primeros siglos del cristianismo. Murió en San Petersburgo en 1895.