Descripción
Charlotte Brontë creyó al leer la novela que la acusarían de plagio, las protagonistas de Mujercitas disfrutan con ella, y en Gran Bretaña y Estados Unidos promocionaron a su autora como «la Jane Austen sueca».
Contaba Elizabeth Gaskell que, cuando Charlotte Brontë leyó Los vecinos, pensó que «todo el mundo imaginaría que había sacado la idea del personaje de Jane Eyre del de Fransiska, la narradora de la novela de la señorita Bremer». Los vecinos (1837), traducida muy pronto al inglés y a otras lenguas, fue un éxito internacional: la leen, por ejemplo, las protagonistas de Mujercitas y en Gran Bretaña y Estados Unidos promocionaron a su autora como «la Jane Austen sueca». Ambientada en la región histórica de Smolandia, pinta el retrato de una comunidad con la voz de su heroína y narradora, una mujer de veintisiete años bajita y no muy agraciada, recientemente casada con un médico al que llama Oso. En las cartas que envía a una amiga, que son como un diario íntimo y a la vez un proyecto de novela, describe su vida conyugal y la de sus nuevos parientes y conocidos, entre quienes destaca su imponente suegra, la baronesa Mansfelt, que se expresa con dichos y refranes. La noticia de que un misterioso forastero ha alquilado una de las casas más nobles de la región desata un reguero de rumores: ¿será un espía, un italiano que ha matado a su mujer, un rico exiliado portugués? Al final el nuevo inquilino no será tan desconocido para sus vecinos, pero trastornará su paz: lleva a las espaldas la carga del «fuego de los abismos» y «la pasión de la destrucción». Fredrika Bremer fue una de las figuras literarias más importantes de la Suecia del siglo XIX, y en esta novela trata multitud de temas —desde el significado de la música al comercio de esclavos—, siempre con la vista puesta en el poder del amor y la reconciliación, y en el equilibrio entre romanticismo y armonía.